
Suena casi como comparar chinas con botellas, son super distintas y jamás pensarías en escoger una sobre la otra porque una es una fruta y la otra es un envase. Pues casi como esa analogía es comparar un home gym con un gimnasio.
¿Que visualizas cuando escuchas la palabra gimnasio? Seguramente un lugar grande con mucho espacio entre las muchas maquinas de resistencia y de ejercicio cardiovascular. A lo mejor ves un lugar lleno de gente haciendo sus ejercidos algunos solo y otros con sus trainers. Quizás ves un salón a distancia con una clase grupal y otro salón repleto de bicicletas estacionarias que parece que el tour de France completo esta ahí pedaleando junto.
Ahora, ¿Que ves cuando visualizas un gimnasio en una casa? seguramente ves unas pesitas por un lado que sabrá Dios cuanto pesan, un mat enrollado entre medio de algún mueble. Seguro ves un espacio pequeño en donde apenas cabe el mat y donde quizás no cabe una persona acostada en el piso porque hay una mesa en el medio. Ah y quizás piensas en una persona que no sabe que rayos esta haciendo, pero que en algún momento tuvo la motivación de empezar a hacer ejercicio pero paro por alguna razón.
Ninguna de las dos es incorrecta pero tampoco del todo correcta. Los dos son buenos y efectivos pero como todo en la vida es cuestión de gusto. Hay unas diferencias que son obvias como lo es el costo. El gimnasio dependiendo de donde vayas, puede ser super caro y tener muchos bombos y platillos que te llenan los ojos para poder cobrarte esa mensualidad, o ser tan económico que que se mete medio mundo pero tiene tantas maquinas de lo mismo que parece que allí no va nadie. Al final el escoger el gimnasio correcto tiene mas que ver con lo que estés dispuesto a pagar y que cualidades buscas en ese sitio. Igual, hacer ejercicio en la casa depende de cuanto estés dispuesto a pagar por lo que necesitas y cuales son tus metas. Las razones para hacer ejercicio en la casa pueden ser por razón económica, no poder o estar dispuesto a pagar un mensualidad por la razón que sea o por lo práctico que es no tener que salir de casa para ejercitarte.
Para mi han sido todas, principalmente es que no me encanta hacer ejercicio con mucha gente alredor y generalmente me siento intimidada, me siento que me están mirando y juzgándome si lo estoy haciendo bien o mal. Aunque esa última puede sonar un poco tonta siendo trainer, ha sido una que me ha aguantado de inscribirme en un gimnasio aún queriendo integrarme a uno. Luego del huracán el año pasado, al perder el espacio que había creado como gimnasio para mi y mis clientes finalmente me rendeí y me inscribí en uno. El que escogí ya me sentía cómoda en el porque lo conocía por mi otro trabajo y me podía visualizar allí. Dí el salto sin pensarlo mucho, además sabia que salir de la casa oscura sin luz y escaparme un rato de la realidad de no tener el espacio que al fin había creado y pasar horas mirando todo lo que se había dañado me vendría bien.
¿CUAL PREFIERO?
